La historia de Lila Morillo es archi conocida por todos los venezolanos, la niña pobre que cantaba en su natal Maracaibo, para mantener a su familia y sacarlos adelante vendiendo conservitas de coco y mandocas, ha sido su carta de presentación, a lo largo de sus casi 50 años de vida profesional. Casada con José Luis Rodríguez, y divorciada de este, luego de casi 20 años de matrimonio, la carrera de esta actriz y cantante, tiene más lagrimas y melodrama, que éxitos musicales, estancada en el pasado, La Morillo mató a la artista, para darle vida a una Lila, amargada, perversa, llena de odio y resentimiento -a pesar de comulgar con la religión cristiana- que se niega a actualizarse, y comulgar con las nuevas tecnologías, es por ello que sus discos dejaron de sonar en las emisoras de radio y no se le conoce un hit, desde que grabó en España, el Lp Ahora, que trajo La Jaula de oro, hace dos décadas.
Las producciones musicales que vinieron después, fueron muy baratas, sin concepto, muy localistas y con muy mala producción. Uno de los graves problemas de “La maracucha de oro” es que no invierte en su carrera, es pichirre con ella misma y eso se nota en sus discos, además de no saber escuchar consejos y creerse que se las sabe todas.
A diferencia de su ex que se ha venido adaptando a los nuevos tiempos, y sin perder su línea, ha logrado mantenerse artísticamente, dejándola a un lado, abandonada y llena de odio junto con la cursilería, la pavosidad y toda esa obsoleta actitud de diva devaluada, que aún mantiene su ex mujer y en la cual ha arrastrado a sus hijas Liliana y Lilibeth, por eso, él las ignora, y solo habla orgulloso de su otra hija Génesis, fruto de su amor con la otrora modelo cubana Carolina Pérez.
Todavía se recuerda cuando nació esa niña, y siendo una bebé de meses, Lila declaró que no debería haberse llamado Génesis, sino Apocalipsis ¡Qué desfase! ¿Y su cristianismo?
Lila versus el Puma
Lila tiene 22 largos años pendiente de cada paso que da José Luis, cada vez que El Puma llega a Venezuela, ella trata por todos los medios de sabotear su llegada, sin darse cuenta que quien se hace daño y queda mal es ella. ¿Dónde esta su dignidad como mujer? ¿Acoso no hay nadie de su familia que la frene y la haga entrar en razón? ¡Por lo visto no! Su más reciente participación en el programa La Bomba de Televen, fue sencillamente patética, mientras José Luis la ignoraba vía Portada´s en Venevisión, ella se hundía en su propia miseria y pobreza artística.
Es una verdadera lastima que una cantante con sus condiciones vocales, se desperdicie de esa forma, es que Lila no oye, se niega a modernizarse, a cambiar, se quedó en la nota, mientras sus colegas se actualizaron y la dejaron atrás, ella vende su vida, a sus hijas y hasta cuenta que a una de ellas se la violaron cuando era pequeña, de eso vive y por hablar de eso cobra, por eso se le vio en España, contando sus “intimidades” en el programa de Cotilleo inmundo ¿Dónde estás corazón?
Mientras El Puma triunfa… ella se hunde más y más
El Puma triunfó la semana pasada en los dos conciertos que dio a casa llena en el complejo cultural “Teresa Carreño” mientras su ex mujer promociona un disco barato y sin concepto, el cual vende como la maravilla del siglo. ¡Obsoleta! La Lila da pena ajena. Atrás quedaron sus exitosas canciones, su melodrama comedido, para darle paso a esto, una oda al mal gusto, a la mediocridad, a la demostración de lo que nunca debe ser y hacer una mujer. Eso es ella, para eso quedó ¡Qué lamentable!
Foto 1: Lila negada a envejecer, se muestra como la reina de la cirugía plástica y el botox, en esta grafica, donde se evidencia lo pasada de moda que está y que los años no pasan en vano, aunque ella se niegue a envejecer dignamente
Foto 2: Cuando todo era felicidad y amor, esta foto tiene 40 años, 22 de los cuales Lila no le ha perdido ni pie ni pisada a quien fue su ex marido.
Foto 3: Aquí La Lila junto a sus envenenados retoños, toda una oda al mal gusto y a la mediocridad. Con razón El Puma las quiere… ¡Pero de lejitos!
Foto 2: Cuando todo era felicidad y amor, esta foto tiene 40 años, 22 de los cuales Lila no le ha perdido ni pie ni pisada a quien fue su ex marido.
Foto 3: Aquí La Lila junto a sus envenenados retoños, toda una oda al mal gusto y a la mediocridad. Con razón El Puma las quiere… ¡Pero de lejitos!